¿Qué es la Hidrocefalia?
La Hidrocefalia o “agua en el cerebro”, es la acumulación de Líquido Cefalorraquídeo (LCR) dentro de la cabeza, generalmente por su inadecuada absorción. Normalmente, el cerebro produce continuamente LCR por medio de unas células especializadas que están dentro de los ventrículos del cerebro. Este LCR circula por los ventrículos y luego sale bañando el cerebro y la médula espinal, para ser finalmente reabsorbido otra vez en el flujo sanguíneo. Un bloqueo del flujo o drenaje del LCR produce una acumulación de LCR, agrandamiento de los ventrículos y una mayor presión dentro de la cabeza.
Estudios recientes han determinado que la enfermedad no es simplemente una acumulación excesiva de líquido en el cerebro. Según los científicos, la hidrocefalia provoca un cambio en la composición del líquido cefalorraquídeo, lo que evita la división celular normal y daña el desarrollo del cerebro.
En la infancia, algunos de las señales de hidrocefalia, pueden ser un rápido crecimiento de la cabeza (debido a que las fontanelas no están cerradas); una fontanela abombada o tensa; irritabilidad inusual; vómitos repetidos; estrabismo o incapacidad de mirar hacia arriba; períodos en los que el bebé deja de respirar (llamados apnea); dificultad para tragar; llanto débil o ronco; dificultad para mantener despierto al bebé, o que la función cerebral se deteriore de alguna otra manera.
En los adultos no se incrementa el tamaño de la cabeza, porque los huesos del cráneo ya se han cerrado completamente.
El aumento del tamaño de los ventrículos por la acumulación de LCR se puede ver a través de la ecografía mientras las fontanelas permanecen abiertas, una tomografía computarizada (TAC, o CT en inglés) o una imagen de resonancia magnética (IRM, o MRI en inglés) de la cabeza.